El mínimo fallo,
la ansiedad,
los cálculos,
las medidas exactas,
la paciencia.
Duplicada,
temperada,
burbujeante.
Y sí,
también pegajosa.
La tensión plegada,
las manos entrecruzadas,
el arrastre
y el frío.
Que nadie diga que esto no es terapia.
Y al día siguiente
el agua caliente,
la greña,
el horneado:
El pan.
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