No creí que dolería tanto, y duele. Duele mucho y demasiado.
Pensé que no volverían a brillar mis ojos, que ya le había ganado a la sensiblidad y él, había logrado también mi frialdad.
Pero no... Aquí estoy intentando buscar culpables, tratando de entender los porqué. De la diferencia entre él y yo. Y no entiendo, no sé qué pasó que hizo que nos empezáramos a alejar, que de un instante, rápido muy rápido, él caminara hacia el otro lado, y yo siguiera avanzando por la misma calle.
Me dejó sola en el camino, me quedé dando vueltas cuando supe que él ya no estaba al lado mío.
¿Que si duele?
Sí, duele,
y no poco.
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