Este será el séptimo año que cumplo años desde que te conozco. Y aunque el primero no estuviste, unos días después nos vimos y me diste un regalo: unos dulces de menta sacados del canasto de tu casa - el que una vez rompí y te echaste la culpa -.
El que más me marcó fue un día que casi no estuvimos juntos, pero que tú estuviste ahí todo el día. Fue el 2011, yo trabajaba de promotora. Tú llegaste a la hora de almuerzo, esperaste toda la tarde y parte de la noche... Viste una película e hiciste hora con lo que te cargan los mall - igual que a mí -. Y ese es el mejor regalo que cualquier cosa material... ¿Cómo olvidarme de ti?
En tu cumpleaños de este año estuvimos todo el día juntos... ¿Sería mucho pedir verte también?
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