miércoles, 29 de diciembre de 2010

Prendiendo velas.

El tiempo en que empieza a pasar el tiempo, a quemar etapas y prender velas también.
Cuando creí que nunca sería, ha sido tanto y mucho desde que le conocí.
Las más eternas felicidades, los más duraderos y estables sentimientos, la más entera reciprocidad.
Él no entiende todo lo que me hace sentir, no lo sabe. No cree que yo pueda quererle más de lo que me quiere a mí.
Supiera todo, supiera cómo siento oscuridades cuando casi nisiquiera me he puesto a pensar que algún día podría no existir aquí.
Y por mientras y por mucho más, volveremos cada año y cada mes a celebrar que estamos juntos; y que estar juntos desde que empezó a ser así, que ha sido exactamente el lugar y la compañía con la que certeramente, tenemos que continuar.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Ítaca. Konstantínos Kaváfis.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,

ni la cólera del airado Posidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes

y el feroz Posidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancías:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:

llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ellas, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.



Si llegaremos a Ítaca... Quizás sea lo de menos.