sábado, 26 de diciembre de 2009

Estado de Milenko.

"Nadie pierde (repites vanamente) sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente, para aprender el arte del olvido. Ya no seré feliz. Tal vez no importa. La dicha que me diste y me quitaste debe ser borrada. Sólo me queda el goce de estar triste, esa vana costumbre que me inclina al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina. -JL Borges, 1964-"

¡Cierto Borges, cierto Milenkito!

Sólo se pierde lo que nunca se tuvo.

De Rayuela (Capítulo 68).

"Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias."
(Julio Cortázar)

Apenas él le besaba el cuello, a ella se le aceleraba el corazón y caían en estremecimientos, en salvajes respiros, en caricias exasperantes. Cada vez que él procuraba acelerar las circunstancias, se enredaba en un éxtasis quejumbroso y tenía que posarse de cara al corazón, sintiendo cómo poco a poco las venas se unían, se iban acelerando, hinchando, hasta quedar tendido como el sol de atardecer al que se le han dejado caer unas sombras de contraluz. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se sacaba los sostenes, consistiendo e que él aproximara suavemente sus manos. Apenas se rozaban, algo como un chispazo los envolvía, los cuestionaba y estremecía, de pronto era el amor, la exasperada unión de las pieles, la conmovedora entrada del orgasmo, los alivios del placer en una sobrehumana comunión. ¡Dios! ¡Dios! Exclamados en la atmósfera del sentimiento, se sentían tocar, lunas y soles. Temblaba el colchón, se vencían las ganas, y todo se resolvía en un profundo beso, en roces de cansadas manos, en caricias casi crueles que los separaba hasta el límite de las lágrimas.
(Javiera Cerda)

No he leido Rayuela, tampoco creo que lo haga. Pero ésta es la razón del por qué quería leerlo. Me trae recuerdos de Humanistas, donde inocentemente todos nos creiamos escritores y poetas; y nos obligaban a creerlo así. Sin embargo, yo era feliz haciéndolo... No había mayor competencia (sí la había, no tanto... pero la había), no existía vergüenza ante qué pensará el otro. Y todos teniamos el poder de crear, como quisiéramos, lo que nos pareciera. Nadie nos venía a hacer preguntas capciosas ni nos venía a poner a prueba. Este era Julio Cortázar para nosotros; el que describía el amor tal cual, puesto que el amor y el sexo; no tienen definición ni descripción posible. Así que por eso; mejor un lenguaje propio. A ver si se entiende.
Recuerdo que todos teniamos que leer el nuestro, y en ningún momento alguien coincidió con otro. Es que somos diferentes; cada ser humano es diferente a otro. Por eso, el entendimiento cambia también. Y el escritor se vuelve ceniza ante sus palabras, es lo único que queda. Y si nunca leiste su biografía, su contexto, si nunca supiste qué le sucedía en pensamientos y en el dolor; nunca podrás responder a la pregunta: ¿cómo escribe Julio Cortázar?

Usted acabó conmigo y con mi escaza literatura.

jueves, 24 de diciembre de 2009

No había leido instrucciones para llorar.

"Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos."


¿Qué quería decir Julio Cortázar? ¿Lo contrario? ¿Algo "ná que ver"? ... No creo.

Me gusta instrucciones para llorar... Aunque se equivoque porque a veces el llanto dura mucho más. Y aunque no sirvan para los hombres (y también algunas mujeres) incapaces de llorar...

sábado, 12 de diciembre de 2009

La tregua - Mario Benedetti.

"Lunes 24 de febrero. Es evidente que Dios me concedió un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedió una tregua. Al principio, me resistí a creer que eso pudiera ser la felicidad. Me resistí con todas mis fuerzas, después me di por vencido y lo creí. Pero no era la felicidad, era sólo una tregua. Ahora estoy otra vez metido en mi destino. Y es más oscuro que antes, mucho más."


"La vida se va, se está yendo ahora mismo, y yo no puedo soportar esta sensación de escape, de acabamiento, de final. Este día con Avellaneda no es la eternidad, es sólo un día, un pobre, indigno, limitado día, al que todos, desde Dios para abajo, hemos condenado. No es la eternidad pero es el instante, que, después de todo, es su único sucedáneo verdadero. Así que tengo que apretar el puño y gastar esta plenitud sin ninguna reserva, sin previsión alguna."

lunes, 7 de diciembre de 2009

Recuerdos

Me gustaría que los recuerdos nunca dejasen de recordarse, que no fueran luego parte del olvido, que los pudiera conservar intactos en algún lugar de mi casa para luego volver a repasarlos y sentir la misma sensación, oler el mismo aroma, ver las mismas caras y tener en mi boca el mismo sabor.
Me gustaría que la memoria nunca dejase de hacer memoria, que los momentos que he vivido no los esfumase el tiempo para dar paso al presente o al futuro.
No quiero olvidar lo que he vivido, no quiero dejar de tener lo que tuve y tengo ni acabar con la oportunidad de mil te quiero y un te amo. No permitiré borrar de mí a las personas, los lugares, los tiempos, las palabras, los abrazos, los besos ni los momentos que he vivido, porque aquellos construyen mi presente y van a influír enormemente en lo que me queda por vivir.
Y si los recuerdos fueran un objeto, seguramente, serían para mí una flor; porque aunque se marchite, aunque cambie su forma, se extinga su olor, siempre se puede conservar, aunque nada sea igual.

Ausencia




He sido la princesa de un cuento de hadas repleto de sorpresas y de magia.
He recibido chocolates para endulzarme el alma y ser más dulce aún.
He sido la muñequita de porcelana que reía por todo y nunca lloraba.

He formado el mundo de uno que no tenía más a qué recurrir.
He sido el sol que ilumina cada día y da calor.
He tenido ojos de papel por no querer quedarme y continuar.
He sido flor por la blancura que emana de mi cuerpo, por la pureza de mis movimientos.
He sido la secta, la religión, he sido todo y he sido nada.
He buscado en otros el amor de sólo uno, y para ése, jamás sabré qué fui, porque ya no está aquí.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Inventario.

Dos amores, siete dolores, cuatro fracasos, tres derrotas que me hicieron ganar; un perdón.
Cinco y dos menos, dos grandes amigos y unos trece o quince amigos más.
Una batalla y dos guerras ganadas, toda una vida por querer ganar.
Pocas lágrimas y más sonrisas, una decepción. Una mala y muchos buenos.
Y millón de nuevo conocimiento...

¿Y si quedo? Perderé bastante...

viernes, 27 de noviembre de 2009

Tiempo.

"Ya ni cacho cuando te cambias la chasquilla de lado"

viernes, 30 de octubre de 2009

Final de juego.

Hoy día me tuve que ir parada en la micro, ya era tarde. Igual no estaba apurada, y no tenía sueño, así que no me importó tener que estar parada una hora.
Siempre me pongo a mirar a la gente, sólo cuando voy parada, porque no hay nada más importante que hacer.
Por eso, vi a una niña, la que más llamó mi atención. Tenía las uñas pintadas negras, y el pelo azul, parece; pero de un color que no era ni negro, ni castaño, ni rojo, ni russio. Tenía ropa negra, y hacía mucho calor. Pobre.
Es típico que me pongo a prototipicalizar, la miro y me imagino una chica mala que piensa en destrucción. Pero ella rompió mi prejuicio, porque leía un libro. Y me pregunté qué libro sería. Demás era un libro de vampiros, estilo Crepúsculo pero absolutamente distinto; no de amor, de matanza, sangre, qué sé yo.
Y miré y decía: "El final de juego". Estaba del otro lado, así que leí eso que está atrás, que no sé cómo se llama. Ahí donde dice como un resumen del libro. Y decía también: Continuidad de los parques.

Me trajo demasiados recuerdos. Me acordé primero, de El río. Era buenísimo. Y nadie lo entendía, y todo nos servía en cuanto a interpretación.
Nuestro stress colectivo, nuestros estudios, las copias, las risas, las bromas...
Tantos años, tanto tiempo. Los extraño, porque extraño no temer a hacer el ridículo, que aunque no siempre la conversación alcanzara para todos, siempre se preocupaban de mí.
Hoy soy una sombra, un invisible del que nadie se detiene a mirar, a ver, a observar... más allá.

Al principio me gustaba, pero a veces también encuentro razón a todas las recomendaciones, a las amistades que no perduran en la universidad, a las traiciones... que hoy existen en mí.
Me siento sola cada día, ya no es bueno como antes, que era más que bueno, mucho más.
Porque siento que no sé por qué, una distancia de no sé de dónde, se posó sobre mí y me siento y siento distante, y quizás ya tengo identificados los culpables.
Pero tampoco fui muy buena para encontrarme solución a mis problemas, porque me cuesta exteriorizarme externamente y no sólo interna.

Y me pareció algo así como un símbolo, de esos que aprendí en el colegio.
El final del juego... Porque ya todos dejaron de jugar allá.


"Uno se pregunta si realmente crees en tus amenazas, tus chantajes repugnantes, tus inagotables escenas patéticas untadas de lágrimas y adjetivos y recuentos. Merecerías a alguien más dotado que yo para que te diera la réplica, entonces se vería alzarse a la pareja perfecta, con el hedor exquisito del hombre y la mujer que se destrozan mirándose en los ojos para asegurarse el aplazamiento más precario, para sobrevivir todavía y volver a empezar (...)
Ahora resulta que duermes, que de cuando en cuando mueves una pierna que va cambiando el dibujo de la sábana, pareces enojada por alguna cosa, no demasiado enojada, es como un cansancio amargo, tus labios esbozan una mueca de desprecio, dejan escapar el aire entrecortadamente, lo recogen a bocanadas breves, y creo que si no estaría tan exasperado por tus falsas amenazas admitiría que eres otra vez hermosa, como si el sueño te devolviera un poco de mi lado donde el deseo es posible y hasta reconciliación..." El Río.

domingo, 11 de octubre de 2009

Extraños al fin.

Y que a pesar de la proximidad persiste la distancia y se hace un enjambre entre los dos imposible de desenredar.
Que a pesar de todo continuamos siendo un par más que en algún tiempo aunque mucho seea, extraños nos haremos llamar.

domingo, 4 de octubre de 2009

Contar en números enteros.


Desde siempre y nunca he tenido un problema con las personas, y conmigo misma.
Si me preguntas que si soy tímida; no lo soy. Si soy extrovertida tampoco, y si soy introvertida... Quizás.
A veces vienes un poco más acá y puedes conocer más, pero eso; no siempre da resultado. La mayor parte de las veces salgo decepcionada y siento que llegué en último lugar.
Parece que no tengo poder de convencimiento, y en realidad ni eso. Quizás la manía de preguntar y excarvar en los demás no me da resultados a la hora de sentirme querida. Creo que la mayor parte de las veces soy yo quien conoce y quien quiere a tal punto, que a mí no me quieren. Que no existe la reciprocidad porque tontamente siempre pongo todo de mi parte y esto agota las posibilidades de los demás. No entiendo cómo se hace y si lo descubriera, de verdad trataría.

A veces me dan ganas de irme lejos, y empezar a contar en números enteros, no desde cero.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Amor.

"Amor que da vida y muerte a la vez,
que crece y se esconde en el miedo,
que sufre y se queda llorando en el suelo.

Amor que vuelve a creer,
que quiere de nuevo aunque haya olvidado,
que dura a pesar del daño y de los años."



¿Por qué le habrá gustado tanto a la profe Lili?

sábado, 19 de septiembre de 2009

La última vez.

La primera vez no la recuerdo muy bien. Tal vez Catalina, no me acuerdo ni del apellido, mi mamá a veces me lo dice y no me parece conocido. Para mí es algo como Becerra y ella insiste en que es García.
Después la Ximena, las risas, los llant0s, la primera vez que me fui a la inspectoría, nunca entramos sí, ninguna de las tres. Pero nos queriamos, y ella confiaba mucho en nosotras. Cada vez que se iba de su casa se venía para acá. Un día me acuerdo que fuimos a Fantasilandia con mis compañeros de curso, y ella llegó acá justo antes de que nos fuéramos, con un bolso de los dálmatas y toda su ropa. Que ternura me trae ese recuerdo, y ella. Una niñita caminando con su bolso, llorando quizás...
El tiempo quiso que no sé por qué nos alejáramos, yo creo que fue el colegio. Siempre estuvo preparado para quitar los lazos y meter todo dentro de una burbuja. Y ahí nos perdimos, a veces la encontrábamos en la calle y la Xime estaba cada vez más grande (de todas partes) y sin dudas, más bonita. Pero muchas veces he sentido que la lejanía le pasó la cuenta. Hoy me duele ver sus nicks del msn o lo que escribe en fotolog. No sé en qué curso va, ojalá en cuarto medio; pero no me gustaría que toda su vida siguiese igual, de fiesta en fiesta a ver quién toma más.

Y después cómo olvidar a la Pancha. La hormiguita. Me acuerdo por qué somos hormigas y la vez que lo inventamos. No podría dejar de agradecer esa semana en la playa y lo mucho que la conocí. Lo que hablamos en cada caminar hacia la arena, y en la noche cuando hablábamos hasta más no poder.
Pero no sé qué pasó, no sé qué dejó de unirnos. De un día para otro ya no te vi más. Quizás nos ataba una tercera persona... Eso debe haber sido.
Tengo cartas, muchas cartas, dibujos, muchos también. Y los mails con un asunto desconocido y después empezaba del uno hasta el no sé qué.

Hubo una que sí superó mis expectativas. Pero falló porque nunca fui para ella lo que ella para mí. Porque siempre le conté todo y ella nunca confió en mí.

Y la última vez, pensaba que sería diferente, cuando me dijeron: "apuesto que el primer semestre ya tienes una mejor amiga". Y así lo pensaba. Pero algo se quebró y no sé qué fue.
Nunca pude tener una mejor amiga y es inevitable preguntarme el por qué. Quizás yo soy la culpable y con todo lo ocurrido, ya no sé cómo hacer. Esta vez es reciente y me duele, porque yo pensé que sería diferente.
Ahora no sé si volver a confiar, ya es demasiado. Quizás es mi culpa de poner las manos al fuego y siempre quemarme... No sé qué hago mal. ¿Alguien podría decirme?

sábado, 5 de septiembre de 2009

Hombres...

Les gusta la posesión, llamarnos "mía",
ser suyas,
lo disfrutan...
Pero hasta cierto punto.
También lo toman
y nos lanzan por la ventanita
(ita porque es pequeñita,
pero así y todo ahí vamos igual,
emprendiendo el vuelo).
Y no nos suben a una pesa,
nos dejan de valorar.

Después de que nos pusieron un nombre: De ellos,
ya no somos ni nuestras ya,
no les importa nada,
hasta que vuelve a comenzar...
Cuando ahora es otro
aquel que nos llama suyas
y ya dejamos de ser de nadie,
vuelven,
y viven en constante discusión entre ellos.
De la misma raza,
y con la misma estupidez.

jueves, 20 de agosto de 2009

Better together.

Like why are we here?
And where do we go?
And how come it's so hard?
It's not always easy and
Sometimes life can be deceiving
I'll tell you one thing it's always better when we're together.


Jack Johnson.

martes, 14 de julio de 2009

Fallaste...

Fallaste, era tu única maldita y puta responsabilidad, y fallaste.
Si no te gusta, dile; pero jamás lo dejes, nunca. Si no te gusta dile y además, adhiere al entredicho que podrás con él, que no te va a superar y que aunque no te guste, siempre estarás ahí constante, como buena amiga...
Y ahora mírate. Qué desilucionante verte en ese deplorable estado, con unas lágrimas estúpidas que tú misma creaste, por culpa de él.
Deja de llorar y yá, debería acabarse después del pensamiento, la solución está siempre, qué importa un año más o un año menos... En realidad sí importa, siempre importa. Pero no hay más que hacer. Ahora tienes que concentrarte en lo que te confiere la misma ley que tú, tú misma inventaste. Por eso ahora es tiempo de controlar la procrastinación y volverte a ti misma y a lo que puedes. Porque tú puedes con esas personas, no serán más fuertes que tú, nunca. Aunque el odio incremente fuerzas, no puede acabar con las tuyas.
Vuelve a ti lo que hace un año existía, y tu estrés comienza desde cero; pero el nerviosismo de la primera vez ya no será el mismo, y tus metas serán objetivos claros de superación; y por sobre todo, de estar sobre la cima del cerro, habiendo llegado al final de la carrera.
Si caes al piso, si ya no puedes mas seguir, sólo queda flotar y llegar a la superficie, de nuevo. Él ni ella podrán contigo, ni ahora ni en dos años más.

lunes, 13 de julio de 2009

Aquí mi vida y sin embargo.




Aquí mi vida y sin embargo.
Una cuota de nostalgia a la alegría,
un remezón de suicidos fallidos,
un recital rockero al que nunca asistí.

Aquí mi vida y sin embargo.
Un abanico de colores grises,
una nueva oportunidad de elegir,
una mirada hacia el principio volcada al fin.

Aquí mi vida y sin embargo.
Todo parece feliz después de 7 segundos,
un beso acongojado,
un salto al vacío si mis ojos susurran llanto.

Aquí mi vida y sin embargo.
Volver a esperar la pistola,
y matar dos, tres pájaros.
Situarme en la orilla sola a ver qué dice el pasado.

Aquí mi vida y sin embargo.
Eso se llama volver a empezar,
porque sola no estoy ni ahora ni nunca,
y porque sola no estaré jamás.

miércoles, 1 de julio de 2009

Simon Widmer.-


"(...) bist du ven den frauen, meine beste freundin geworden. Jeder moment, den ich mit dir verbracht habe, war sehr toll und wetvoll. Alle shonen und auch traurige. Momente mit dir werde ich nie vergessen. Auch wenn ich in einer woche in mein heimatland zurcuckkehre, heisst das nicht, dass ich dich vergessen werde, nein, im gegenteil, denn du wirst immer in meinen herzen bleiben und ich hoffe so sehr, dass wir uns in zukunft mal weider sehen!
Ich liebe dich.."

viernes, 26 de junio de 2009

No me gusta.

"El olor de las colonias muy dulces, las guatitas, la tortilla de zapallo, el puré instantáneo, el olor de las cáscaras de naranja, el olor del alcohol en la boca (algo controlado), el alcohol, el humo del cigarro, el olor de la bencina, el vómito, el pan integral, las aglomeraciones, las conversaciones ligeras, los malos argumentos, las mentiras, la lejanía, la impotencia, la incapacidad de solucionar los problemas, el egocentrismo, hablar por celular, la timidez, el orgullo, las personas que sólo critican, las personas metidas, la gente inconsecuente, los cuicos, la falta de empatía, el olor de la marihuana, el desorden, la falta de autocrítica, la incapacidad para reconocer los errores y pedir perdón, las personas que creen que lo saben todo..."

Y podría continuar. Y que no me gusten estas cosas, no quiere decir que yo no haya caido en ellas alguna vez (refiérase a valores y defectos)
(esto lo hice hace demasiado tiempo, increíble que siga siendo igual, no ha cambiado en nada y no quiero agregar más, siento que está todo...)

jueves, 11 de junio de 2009

Los puentes de Madison.

"Cuando la muerte acecha y el miedo a lo terreno deja paso a la incertidumbre de lo que hay después, lo que realmente importa es que aquellas personas a las que quise y quiero, lleguen a conocerme realmente."




(Totalmente recomendable. Parece ser de antiguas historias; pero está más viva que nunca. Llega al punto de las lágrimas. Y no sólo de mujeres, también cocodrilas... ¡Veánla!)

miércoles, 10 de junio de 2009

Las palomas traman algo.

Me das miedo...
Tu psicopática manera de siempre aparecer me aterra.
Me das rabia...
¿Cómo puede ser que después de todo el tiempo sigas pendiente de mí?

¿Sabías que la envidia te sostiene, te toma del cabello tan lindo que tienes, y te da golpetazos contra la pared?
Te deja marcas en la piel imborrables...

La envidia consume el sentimiento. Sí, y cualquier sentimiento.
Así que, yo que tú rogaría a la envidia irse de tu vida. Eso también puedes tomar de mí...

¿Ustedes sabían que las palomas traman algo?
Siempre en su constante búsqueda de NADA: observan, si sienten peligro: escapan.
Pero cuando por fin usan sus alas: vuelan... Y no tardan en eliminar lo peor de ellas para ensuciar a otros si se sientes sucias ellas.
Y tú... Tú no eres la excepción. Una como cualquier otra.

Me aterran las palomas...
¿Ahora se entiende por qué?

sábado, 6 de junio de 2009

Papá desde acá.

Creo que voy atrasada a la universidad. Tengo sueño, demasiado sueño.
Hace días que esto está ocurriendo; no sé si será el cansancio aunque no creo. De qué cansancio hablamos...
Quizás la influenza humana. Tengo una amiga en la universidad que tiene a su mamá enferma; y es con la que más me junto. Es mi mejor amiga... La verdad, gracias a ella he vuelto a creer en la amistad entre mujeres, esa que no traiciona. Amistad que perdura desde hace dos o tres meses. Poco, por lo que aún queda tiempo para comprobarlo. Pero sé que María Jesús no me decepcionará. O eso espero (¿cierto Jesu?)
Me subo a la micro en el mismo paradero de siempre. Se ha demorado mucho.
Ahí viene una, es una de esas laaaargas. Eso significa que me voy a demorar más, porque se baja y sube más gente.
Para variar me tengo que ir parada, aunque como ésta no tiene escaleras, nisiquiera en el suelo me voy a poder sentar.
En el paradero que sigue, se subió una niña y un hombre adulto. Vienen tomados de la mano. Dudo que sean pololos o algo por el estilo, él es demasiado adulto.
De pronto ella le dice: "¡Pero papááá!" Y me doy cuenta que es su papá.
Qué envidia... Qué maldita envidia. Se ven tan amigos, tan cómplices.
Y yo sola. Yo y mis recuerdos que atormentan. Recuerdos que ni existen y que a veces pienso hasta, que yo misma me los invento.
No puedo evitar mirarlos; aquellos gestos, la comprensión, la amistad... Ella le cuenta de un tal Pablo. ¿Cómo sabes que se llama Pablo? ¿Por qué no te acompaña él? No papá, no le dije... El Pablo no es mi pololo. ¿Es bajo? Sí... O sea de mi porte, o un poquito más pequeño.
De eso hablan... De su pronto pololeo.
Me imagino cómo sería si yo le hubiese contado eso a mi papá... Tal vez qué me habría dicho. Una crítica por lo menos me bastaría, o eso que mi mamá siempre dice que mi papá haría: no dejarnos hacer nada. Pero estaría... No se esfumaría en las palabras ni en las lágrimas que explotan de vez en cuando entre mis ojos.
Y ahí están ellos...
Tengo que bajarme, ya llegamos a departamental. Mejor me bajo aquí, porque si sigo hasta Rondizzoni, será inevitable mirarlos y seguramente, capaz hasta a llorar empiece.
Me bajo y los miro por última vez... Que sean felices, y disfrútense así. Gracias.

Aah, y aparte de eso; me fijé en los pantalones de ella. Son turquesa, quiero unos así, igualitos.

viernes, 5 de junio de 2009

Papá desde allá.

Me desperté consternada por la melodía del despertador; no hay forma de obtener el primer sonido del día, sereno... Es mas bien un chillido de espamos en el interior de la tecnología.
Pero bien, es después de todo gracias a él, que cada mañana no me quedo dormida en la cama y me levanto para la rutina de la universidad.
Hoy me voy con mi papá, en micro. No tenemos auto y no me importa, disfruto del tiempo - poco tiempo - en que estoy con él; y si es en una micro, qué mejor. El transporte público atestado de humanidad; los rostros consumados de día anterior, con sueño, con pesadillas oscurecidas, con ojos negros, mejillas ruborizadas... La típica señora gorda, que despierta de mal humor siempre, es como su manera de ser casi; ahí odiosa, busca un asiento y si alguien no se lo da, comienza con las indirectas más que directas, y te intimida tanto que para que no siga al límite de estar completamente sobre ti; te levantas y se lo das. Te sientas en el suelo o en la escalera, y mejor ahí; dudo que la gordita se quiera sentar ahí...
El empresario corbatudo que no le alcanza el sueldo para el auto, o que simple: empresarialmente, prefiere el asiento férreo ante un cambio de precios en su ingreso líquido por la bencina que gastaría.
Y la niña que observa, que no deja de mirar a mi papá y a mí. Más a él en realidad, quizás lo encontró simpático, tal vez guapo (lo es).
Es una niña normal, debe tener mi edad e ir a la universidad en estos momentos, al igual que yo. Pero ella va sola, y sus ojos evidencian nostalgias pasadas, impotencias aprendidas y acostumbradas.
Tiene sueño, de pronto los ojitos se le entrecierran y a punto de caerse al piso; vuelve a abrirlos y me observa de nuevo. Quizás le gustó mi chaqueta cuadrillé, o mis pantalones turquesa. Sí, eso debe ser. Quizás le gusta el color turquesa, es poco común; pero a la mayoría de las niñas nos gusta el color turquesa...
Ahora trata de escuchar música, va de pie al igual que mi padre y yo. Pero algo le sucedió con los audífonos, así que guarda el aparato en su bolso calipso.
Sigue mirándonos, me intimida... Y posa su vista en mi padre; analiza cada uno de sus movimientos, seguramente ya aprendió cada gesto de memoria: no ha dejado de mirarlo y me está asustando.
Al fin se bajó; en departamental. Y cuando la micro pasó muy cerca de ella, volvió a mirar...
Quién sabe qué pensaría... Algo debe haber visto en mi papá, no sé qué.

martes, 2 de junio de 2009

Ausencia

He sido la princesa de un cuento de hadas de sorpresas y magia.
He sido la muñequita de porcelana que reía por todo y nunca lloraba.
He formado el mundo de uno que no tenía más a qué recurrir.
He sido el sol que ilumina cada día y da calor.
He tenido ojos de papel por no querer quedarme y continuar.
He sido flor por la blancura que emana de mi cuerpo.
He sido beso hospedado en el tiempo; fugaz en abril...
He sido la secta, la religión, he sido todo y he sido nada.
He buscado en otros el amor de sólo uno, y para ése, jamás sabré qué fui, porque ya no está aquí.

domingo, 31 de mayo de 2009

Todo llora y no estás.

Lloran las ventanas, el viento las golpea estrepitosamente.
Porque tú no estás, no hay ganas de arreglar.

Lloran las paredes, las humedeció la lluvia.
Es que tú no estás. Falta protección invernal.

Lloran las sillas, nadie las quiere usar.
Porque tú no estás, y está reservado tu lugar.

Llora el segundo piso sin tu risa,
tus hijas no pintan ya tu rostro; no estás.

Llora el baño sin bañarte,
no hay peinetas que sacar con tijeras del pelo de una de ellas... ¿Por qué no estás?

Lloran los autos sin ti,
no hay fiesta en la ciudad. ¿Dónde estás?

Llora la línea cinco, de Pedrero a San Joaquín...
Ahí estás.

Lo peor... Es que ahora mi mamá ha vuelto a llorar ante tu ausencia...
Y tú ya nunca vas a estar.

jueves, 28 de mayo de 2009

Amor económico.


Tu ausencia acabó conmigo,
aquella ausencia que yo misma ocasioné.
Pero corrompe mi equlibrio,
entre la oferta del amor que me prometiste
y la poca demanda que había en mí para obtenerte:
Quedamos en escasez (mentira; en excedente...),
y sólo mañana sabremos si existirá pérdida social.


Si he decidido, fue porque entre gráficos y curvas;
nunca conseguí encontrar el equilibrio perfecto.
Aunque traté...
Di todo de mí para ser una buena demandante
de tus bienes y servicios,
pero no lo conseguí.
He aquí tu bien escaso, no disponible.

Fui más débil que el sentimiento,
ahí donde la economía y sus mediciones
no alcanzan a estudiar el comportamiento.
Puedes recriminarme,
hablar en silencios quejumbrosos,
pero no servirá de nada...

De nada.

Todo el excedente que dejaste,
en mí lo he guardado, para ser feliz como me pediste.
Eso sí,
si consideras que es necesario; avísame.
Te lo devuelvo en un regalo.
A ver si como oferente,
aparece una compradora mejor que yo.

lunes, 18 de mayo de 2009

Para Mario Benedetti ...

Me preguntó que de qué me reía... "De nada" - Le dije.
No eran risas burlescas, eran nervios, era alegría... Es que nunca habían mis ojos leido palabras de tamaña exactitud para mis sentidos.
¡Qué gran poesía! Me exclamó el entendimiento desde el primer día.
Pero al momento de la verdad y la realidad, sacó un revólver y me mató con su amor de tarde; y qué decir de lovers go home! Increíble... Nunca olvidé esas palabras.
Y me decidí a hacer una táctica y estrategia para conquistarle, a ver si un día, no sé cómo ni sé con qué pretexto; por fin me necesite... Y ahí estuvo, pero quien más lo necesitó fui yo. Sus palabras hicieron eco en mi interior cada vez que anhelaba aliento ante los miedos del corazón.
Nunca le pedí que me bajara una estrella azul, pero él me bajó toda la constelación con un simple verso estrofado en amor y dolor.
Desde esos momentos de intimidad entre los dos, el informe de caricias se hizo inevitable... Lo mejor no era cada una de las caricias, sino lo que continuaba después. Inexplicable e intocable, prefiero no señalar qué era lo que después ocurría... Así que me quedo en silencio...
Enamorarse y no, no es un castigo. No existe un no en este enigma del dolor al haberlo perdido, perdido no está. "Mejor te invento" le digo en esa despedida... Inventarle será mi forma de creerle de aquí en adelante. Y sé que a pesar de su ausencia, lo querré más; todavía.


Vivirás en tu poesía, querido Mario Benedetti.

sábado, 16 de mayo de 2009

Recuerdos que no se van...

"Me gustaría que los recuerdos nunca dejasen de recordarse; que no fueran luego parte del olvido, que los pudiera conservar intactos en algún lugar de mi casa para luego volver a verlos y sentir lo mismo; la misma sensación, los mismos olores, observan los mismos rostros y sentir intactos los sabores.
Me gustaría que la memoria nunca dejase de hacer memoria; que los momentos que he vivido no se esfumaran para dar paso al presente o al futuro.
No quiero olvidar lo que he vivido, no quiero dejar de tener lo que he tenido. ni acabar con la oportunidad de un te quiero o de un te amo. No quiero que las personas pasen al olvido...
Por ningún momento permitiré borrar de mí las personas, los lugares, los tiempos en temporalidades, las palabras ni los momentos vividos... Porque aquellos constituyen todo lo que soy; lo que fui y lo que seré.

Y si los recuerdos fueran un objeto, no sería más que intangiblemente un recuerdo; pero un recuerdo constante, de esos que atormentan, que llegan a la mente en inoportunos instantes, con los que es preferible la pena de muerte...
Esa es la única forma... Recuerdos que no se vayan, que nunca se olviden, que no perecen, que tenga el efecto del boomerang; se van... Y vuelven."




No sé hace cuánto habré escrito esto... Pero me trae recuerdos el hecho de haberlo escrito y el por qué.
Tuve una profesora en el colegio que creo, me marcará toda mi vida: Liliana Salinas. Y ella escribió en el cuaderno donde estaba esto: "Excelente reflexión". Y eso me colma de alegría y satisfacción.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Inventario de despojo y necesidad.

No sé cómo hacer para entender que la ene era la última letra de la historia... Ni cómo caer en cuentas de que ya no hay más semanas vacías que restaurar, que aunque el pasado haya dejado huellas imborrables; huellas son, huellas nada más.
Después del todo el tiempo de las diferencias, los altos tonos y el daño; ya no queda más por hacer que asumir y mirar hacia adelante soltando la cadena que ya hacía trizas la piel.
Estoy haciendo bien... Es ésta la única forma si quiero quedarme con aquel último momento de lluvia entre los dos. Lágrimas fusionadas en amor y dolor.
No quiero el óxido del adiós sin ese, ni un retorno en la otra calle que haga caminar en círculos.
Sólo necesito que seas feliz y yo sea feliz. Como juntos a esta hora... Ya no podemos ser.

viernes, 8 de mayo de 2009

Algoritmo


Entre algoritmos me decido a no buscarte más. A dejarte ir, tranquilo; para que al fin vueles como tú siempre quisiste.
Cuántas multiplicaciones mías de risas y palabras, de entregarte todo de mí para hacerte feliz quedaron en nada.
Lo único que lograste fue evaluar todo en uno (yo, sin siquiera soledad) y arrojar resto cero... Porque ya no quedaba nada, ni daño por cicatrizar ni amor que salvase el iceberg que te hizo convertir en un titanic más en esta película en la que no fuiste tú el que se congeló, a diferencia de Jack; y en la que yo sobreviví; como Rose.

viernes, 1 de mayo de 2009

Tu anhelada soledad.

Tu soledad
pintada en un cuadro amargo
en escala de grises.

Tu soledad
es el vívido sueño que despierto y dormido
siempre quisiste.

Tu soledad,
que vuelve a ser tu compañera,
hoy ya no la quieres...

Qué mal agradecido eres.
Siempre fui segunda
después de la soledad.
Mi inseguridad, mis celos; por ella.

Y ahora que llegó a darte un beso, ¿no la quieres?
Tú no eres diferente...
Eres un hombre como todos
después de aprender a sentir querer.

Pero si quieres espera,
la soledad seguramente se aburre y se va.
Ahí puede que vuelva yo,
para ser la primera y no siempre estar después de ella.

lunes, 27 de abril de 2009

San Agustín.

“Somos, conocemos que somos, y amamos este ser y este conocer. Y en estas tres verdades no nos turba falsedad ni verosimilitud alguna. No tocamos esto, como las cosas externas, con los sentidos del cuerpo… sin ninguna imagen engañosa de fantasías o fantasmas, estamos certísimos de que somos, de que conocemos y de que amamos nuestro ser. En estas verdades me dan de lado todos los argumentos de los académicos que dicen: “¿Qué? ¿Y si te engañas?” Pues si me engaño, existo (Si enim fallor, sum). El que no existe no puede engañarse, y por eso si me engaño, existo. Luego si existo, si me engaño, ¿cómo me engaño de que existo, cuando es cierto que existo si me engaño? Aunque me engañe, soy yo el que me engaño, y por tanto en cuanto conozco que existo, no me engaño. Como conozco que existo, así conozco que conozco. Y cuando amo estas dos cosas, les añado el amor mismo, algo que no es de menor valía. Porque no me engaño de que amo, no engañándome en lo que amo, pues aunque el objeto fuera falso sería verdadero que amaba cosas falsas” (La ciudad de Dios, XI, 26).

viernes, 10 de abril de 2009

Doce años...

No puedo creer que sean doce: Doce años...
He vivido más de la mitad de mi vida con esto (o sin esto) y aunque nisiquiera te recuerde, a mí me sigue recordando. Porque nunca pude pronunciar aquella palabra con total conciencia y convicción de que era aquel el nombre que yo debía darte.
Doce años desde que para mí el conocer es desconocer y de que cada sujeto con términos masculinos sea para mí el modo de tu reemplazo.
Y así, al situarme frente a tu ausencia, noto que dos partes de mí se vuelven débilmente frágiles; y les es inevitable expulsar el dolor que jamás podrá ser recompensado y el cariño que aunque siempre he buscado nunca llegará: Las lágrimas.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Historias de tránsito.

Maite volvía de su diario cuento rutinario, esta vez quería sentirse cómoda. Las micros del Transantiago las encontraba apestosas, no se podía dormir por la dureza de sus asientos, toda la gente la miraba de reojo cuando se iba sentada porque era una joven que debería ceder su asiento... Cosas de Santiago, claro...
Maite vivió toda su vida en Chimbarongo, junto a su abuela, la mami, y luego se vino a Santiago a estudiar a la Universidad. Siempre fue una buena niña, no emitía comentarios cuando no debía, pero sí era muy observadora y perceptiva.
En la Universidad todo iba bien, tenía nuevos amigos y la carrera que había escogido le gustaba; aunque no había sido su primera opción, pero estaba feliz con ella... Después de todo, por algo pasaban las cosas y ya del hecho de llegar a esa Universidad y no a otra, era un sentimiento repleto de satisfacción.
Pero ese día, quería sentirse cómoda, así que no tomó una Transantiago como siempre, y se fue hasta la Estación Central. Ahí, sabía que estaría cómoda...
Así que se subió a la micro. Los choferes habían dejado de hacer alarde por los escolares, por lo que pasó sin ningún problema sin siquiera mostrar el pase que era de su primo Camilo. Y se sentó al lado izquierdo, en el asiento que daba hacia la puerta trasera, en el lugar donde siempre se sentaba. Cerró los ojos... Y de pronto una voz ya muy conocida de hace años en que había ido a Santiago a ver a su padre que había muerto en un accidente, se escucha en sus oídos... Era él, el amor más grande que había experimentado en una época: Matías.
Matías le dice: "¿Maite?"
Ella no quería abrir los ojos... Su corazón palpitaba con fuerzas, aquella era la primera vez que lo veía en diez años. Y cuando hubo abierto los ojos; Matías ya no estaba. ¿Había sido un sueño?
Buscó por todos lados y no lo encontró.
Cuando iba entrando a la autopista del Sol, Matías vuelve a aparecer, con un rostro entristecido, quién sabe por qué. Entonces Maite rompe el silencio ahora diciendo: "¿Por qué desapareciste, dónde estabas? Hace muchísimo tiempo que no nos veiamos Matías... Estás igual que siempre."
A Matías no le salían las palabras, y con su rostro asintió, no hizo nada más... Sus ojos brillaban como siempre habían brillado cuando la miraba, ella lo podía reconocer, aquello nunca se olvida.
Pero Maite no sintió nada... Matías se convirtió en ese momento, solamente en una persona que no veía hace años... Pero nada, nada más. Había pasado mucho tiempo; diez largos años. Fue el amor de niña más grande que experimentó, pero ya nada era igual. Las cosas cambian...
Lo esperó durante años, pero de tanto esperarlo, sólo llegó el olvido que lo traía consigo. Y se olvidó, se cerró la puerta y nunca más se abrió.

Mi mejor amiga...


Hoy abunda mi compañera constante, siempre está aunque nisiquiera la busque ni necesite.
Me roza la piel poco a poco y caen con ella, mis mejillas ruborizadas como el recuerdo de momentos en que mi sangre se concentraba en aquel lugar... Que hoy sólo recuerdo, y que el sonrojo no es precisamente por ello.
Pensé que en algunos momentos me dejarías, como todas. Porque entre seres humanos imperfectos ninguna cadena es imposible soltar, nadie es incondicional... Excepto tú, que siempre estás.
Y sueles hacerte presente cuando por mucho tiempo no te tomé en cuenta, en la sombra de mis ojos lustrados...
¿Sabes tristeza? Eres lejos la única que de verdad, aunque muchas veces sientas que te olvidé... Vas a estar conmigo.

domingo, 22 de marzo de 2009

Maldito orgullo, asqueroso silencio




Cuando te quedas callado; no me hablas, piensas, tu cara no tiene gestos. Me miras sin mirarme, me buscas para echarme, me sacas de tu lado... Y ni siquiera sé si estás enojado.
¿Por qué mierda te quedas callado? En realidad sé que estás enojado... pero esa manía de callarte cuando quieres decir tanto.
Es tu orgullo que toca hasta tu última célula, que no te deja ser tú, que te va a hacer perder tanto y ganar tan poco. ¿Es que no te das cuenta que tienes que cambiarlo?
“No Javiera, si no es orgullo, esto sí que no es orgullo...” A mí no me puedes mentir, yo te conozco, sé como eres, y ese orgullo es más fuerte que tú. Te supera, te reprime, te coarta.
Siempre buscas la manera de callarte y hacerme tan mal. Si yo sé lo que te pasa, pero si no me dices, no me hablas, NUNCA lo vamos a solucionar.
Desde que te conozco, desde que no te conocí y que poco a poco empecé a ser parte de ti, fuiste para mí y sólo conmigo; un pan diario. Pan que amasé con mis palabras, mi esfuerzo, mi perseverancia y lo mejor de mí.Pero ya no eres pan. Ya no quieres solucionar. Y odio que te calles cuando sé y sabes que estás enojado, cuando tienes mucho que decir.
No me importa que me digas lo que no quiero oír, quiero que lo digas; que dejes de callarte y vuelva a ser como era antes, cuando logré botar esa muralla y logré que me dijeras cuando estabas enojado, cuando algo te hacía daño, cuando no estabas en paz.
Y no sabes cómo odio que hagas como si yo no fuese importante. Porque sabes y sé que he sido lo más importante, lo más grande que pasó y que está en tu corazón. Sabes que en mí creíste y confiaste como en nadie... Pero también sabemos que tu maldito orgullo, que tu asqueroso silencio, nos va a alejar de nosotros, nos va a llevar al extremo en que estuvimos al principio, a ese abismo entre los dos... A esa distancia que nos distanciaría si aquello que odio en ti dejase de existir.

miércoles, 18 de marzo de 2009

En la micro.


Dormito... Sentada en la escalera de la 113 hacia la Ciudad Satélite.
No todos lo hacen (no lo entiendo). Algunos observan la apariencia de esta ciudad contaminada por ese progreso que no progresa, otros se sumergen en la melodía de sus canciones... Y yo duermo con los ojos abiertos.

En el cerrar de mis ojos pronto a ocurrir, funciona mi memoria emotiva... Único momento y espacio en que los recuerdos reaccionan... Y recapitulo instantes.

Quisiera saber qué está pensando la señora gorda del frente o el niño que no deja de llorar... Quisiera saber qué sueña aquel muchacho boquiabierto o qué piensa aquella niña con atisbo de lágrima: Yo.

No sé si sería buena opción saber qué piensan todos ellos... Pero siempre; siempre que me siento en aquella escalera, cada tarde después de la Universidad, me imagino que estará pensando cada uno; y cómo sería todo si yo en realidad, pudiese saberlo.
Sé que nunca lo sabré... Aunque dadas las circunstancias, si lo supiera... Por lo menos existiría algo nuevo que evocar mañana, y así no tendría la maldita necesidad de siempre pensar en ti.

viernes, 13 de marzo de 2009

Analogía del recuerdo


Los recuerdos son como el metro: vienen rápido, se detienen en la mente estación por estación, donde se suben al recorrido situaciones y se bajan de él personas que queremos olvidar... donde nacen momentos, circunstancias... trinfos, amigos; derrotas. Para luego irse rápidamente y detenerse en la mente, en la próxima estación.

martes, 10 de marzo de 2009

Siempre juntas.

Cuando éramos niñas, ambas aprendimos a mirarnos a los ojos, a vernos en el espejo simplemente con mirarnos; a reconocer sonrisas, a ir más allá del apego y encontrarnos con nosotras mismas, en la otra. A tener ya, apenas nacimos, un otro en quien reflejarse, con quien "conversar", con quien aliarse para gritar llorando.
Después no podiamos caminar, así que aprendimos a gatear, de a poco y con mucha paciencia quizás... Hasta que caminamos. Íbamos a la cocina a molestar a "la" mamá, a ver qué estaba haciendo, tal vez muchas veces nos quemamos, una vez hasta la cocina se nos cayó encima y salimos arrancando... Siempre juntas.
Ya en nuestra evolución: hablamos, y nos comunicábamos. Teniamos códigos y gestos que nadie más entendía, canciones que inventábamos y nos dolía la guata de tanta risa.
De ahí fuimos al jardín y haciamos rabiar a "la" abuela por la lluvia, tuvimos nuestros primeros amigos, nuestros primeros amores también... De niñas, claro.
Ahí entramos al colegio, y pasado un año y un poco más; ya no tuvimos papá... Y nos quedamos con "la" mamá.
Seguimos siempre juntas, las dificultades siempre se nos presentaron, pero también, siempre las dejamos atrás al hacerlas solución.
Y ahora... Tenemos que aprender a estar solas pero en compañía de la otra.
Te voy a tener siempre en mi mente, y aunque esté en otra estación del tiempo, en otro mundo y ambiente; te voy a ayudar. Siempre has podido sobreponerte a los problemas, y esta no va a ser la excepción.

sábado, 28 de febrero de 2009

De vez en cuando hay que mirarse


Dos clases de espejos existen.
No hablemos de espejos físicos cóncavos y convexos, pues también existe un espejo que conversa con la justicia; donde se ven nuestros valores, nuestros defectos, nuestros triunfos, errores y fracasos... Donde está reflejada nuestra verdad.
De vez en cuando hay que ocuparlo.

domingo, 22 de febrero de 2009

Voy a delinear tu boca.




Voy a delinear tu boca como si me estuviese pintando los ojos; suave y cuidadosamente, con temor de no lastimar. Voy a hacer de ella una dulce melodía, con notas que sólo tu boca y la mía pueden tocar.
Conozco cada gesto de tu boca; conozco a tu boca riendo, conozco a tu boca susurrándome frases que no había oído jamás, conozco a tu boca que llora, que se entreabre para poder respirar. Conozco a tu boca con muecas de enojo que no quiere escucharme, que no me quiere hablar.
Yo me aprendí cada parte de tu piel, pero a tu boca jamás la olvidaré. Porque con cada beso que sentimos, yo guardé en mi mente su textura, su calor, su ternura, su color, su pasión y hasta su olor.
Tu boca me enseñó a no titubear, a no ser cobarde y a disfrutar.
Dibujo el espacio entre tu boca y la mía de ese último beso; y el dibujo resulta ser un punto tan pequeño que un telescopio no ve.
Boca que se estremecía al mirarme, boca que abrías, cerrabas al besarme, boca que querría tanto odiar, porque con o sin querer, vi cómo te la delineaba otra mujer.




Aquel momento siempre volverá en ese fragmento.

Tu dolor es mi dolor...


Un mundo nuevo,
inmersa en cirscunstancias que repugnan,
dolores eternos, rencores olvidados con pálpitos nuevos.


He aquí la nueva herida,
que ya cansada de envejecer,
renace como siempre, como cada vez.


Odio tener que haber crecido,
ser lo suficientemente clarividente para darme cuenta...
Ellos también tienen defectos.


No puedo asimilar que haya existencia de un ser
que deja ver sus dientes,
y que además guarda en su memoria dolor y rencor.


Todas las heridas cicatrizan,
pero muy pocas cicatrices se borran completamente.
Y tú, ¿Cuándo perdonas?