Me gustaría que los recuerdos nunca dejasen de recordarse, que no fueran luego parte del olvido, que los pudiera conservar intactos en algún lugar de mi casa para luego volver a repasarlos y sentir la misma sensación, oler el mismo aroma, ver las mismas caras y tener en mi boca el mismo sabor.
Me gustaría que la memoria nunca dejase de hacer memoria, que los momentos que he vivido no los esfumase el tiempo para dar paso al presente o al futuro.
No quiero olvidar lo que he vivido, no quiero dejar de tener lo que tuve y tengo ni acabar con la oportunidad de mil te quiero y un te amo. No permitiré borrar de mí a las personas, los lugares, los tiempos, las palabras, los abrazos, los besos ni los momentos que he vivido, porque aquellos construyen mi presente y van a influír enormemente en lo que me queda por vivir.
Y si los recuerdos fueran un objeto, seguramente, serían para mí una flor; porque aunque se marchite, aunque cambie su forma, se extinga su olor, siempre se puede conservar, aunque nada sea igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario