En la micro un niño tenía el olor de cuando lo conocí. Y fue inevitable recordar esos tiempos, esos tan buenos tiempos. Fueron tan buenos que finalmente superar los demás. Las risas, el compañerismo, el apoyo, los chistes. El haber entrado en su mundo, donde había más matemática que todo, papeles tirados y esa dificultad de enfrentarse a una mujer.
Con este olor que llena todos los espacios de la micro espero que esté bien, que lo que hoy gane en su vida sean los tiempos de ese olor...
