sábado, 27 de febrero de 2010

Terremoto.

Si me muero un día, no quiero tintes negros en la avenida.
Si me muero un día, no quiero lágrimas quiero sonrisas.
Si me muero un día, quiero un Si Amaneciera como melodía.
Si me muero un día, quiero por fin entender que el cielo existía.


A veces pienso que el infierno es acá, justo donde estamos pisando. La tierra, la que desde las tres de la madrugada no ha parado de moverse.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Mucho más.

Tu lado está intacto acá. Es de esperar que cuando llegues no hagas demasiado ruido. Sabes que no soy muy afectuosa al despertarme en mitad de la noche. Aunque mi desvelo no sería en vano si además de permitir que me abraces te abrazara yo también. Que volteara el cuerpo para no permitir la revolución, que te besara los labios y quizás además la frente, la nariz, los ojos, las orejas y hasta el pelo... Que te besara el espíritu y la humanidad. Que los besos borraran espacios sin memoria y llegara el agua cayendo entre los dos. Como una lluvia que no son gotas del cielo y que nos ha comenzado a rociar los cuerpos desde hace algún tiempo.
Mi incredulidad ha caido, he abierto los ojos y me he dado cuenta de toda la magia que hemos estado creando, tal vez sin querer. Puesto que esto no trata solamente de leves destellos de felicidad, que esto es mucho más que la tregua, muchísimo más.

...

Lamento decirle que orgullosamente puedo sostener es que a pesar de la sangre, en algunas cosas usted y yo nunca nos vamos a parecer...

lunes, 22 de febrero de 2010

Algo cambió.

No me vas a creer, pero ayer había un espacio para ti aquí antes de dormir. Disculpa si te molestó la manera en que duermo, pero de otra forma no puedo conciliar el sueño.
Yo creo que me crees, y sabes que sí lo hice y que extrañé que no estuviera tu presencia entre mis cosas. Yo creo que tú también me extrañaste al no estar en el mismo lugar que en otras horas, "molestándome" mientras dormía.
Sin duda me crees, y tienes que saber que era cierto que algo cambiaría, que habían momentos que ya no serían iguales después de esos días... Algo cambió, y en el cambio estás totalmente presente.

domingo, 21 de febrero de 2010

"- Amor ¿por qué lloras? ¿qué es lo que te pasa?
- Será que soy feliz."


(La huida, Ismael Serrano)


¡SSSSOOOOYYYY FFFFEEEEELLLLLIIIZZZZZZZZZZ!

jueves, 18 de febrero de 2010

Hoy me toca ser feliz

Ya llegó la hora de dejar atrás los miedos y al pasado, sobre todo al pasado. Y pisarlo con furia, con maldad y con ira; que es lo que realmente habría que haber hecho hace mucho tiempo, y así es la única manera de asegurarse que así pasará y que no volverá al recuerdo.
Ya llegó la hora de mirar al futuro y saber que hay quien espera desde tiempos poder estar en el presente, darle una oportunidad y así también, darme una oportunidad a mí misma de ser feliz.

Ser feliz, llegó la hora de dejar de postergarme por un otro al cual no le importo, que no es ni su forma de ser ni sus problemas, es que la verdad, no es recíproco el respeto; y no tengo por qué respetar a quien no lo hace conmigo.

Se acabó...
¡HOY ME TOCA SER FELIZ!

lunes, 15 de febrero de 2010

Ya no parece.

Parece que él no entendió que en ese instante preciso el libro se cerraba, se había cerrado, estábamos en la última página cuando me dijo ¿sabes qué? y cuando me lo confesó, ya no habían páginas; sólo ansias de quemarle a las páginas del libro y a él también...
Parece que él no entendió que ya no quería verle, que no necesitaba una aparición desprovista de disculpas, que no me importaría cuánto tiempo había esperado, que hubiese preferido que gritase, que avisara que estaba; por lo menos podriamos conversar, decirle algunas cuantas palabras, como hace un año ya, cuando supe lo que había pasado el 3 de septiembre.
Parece que además del orgullo él tampoco aprendió a pedir perdón, creo que es también parte del orgullo sentir que nunca te equivocas, y no ceder.
Parece que después de esa agónica tarde sin despedidas la despedida se contuvo para ser eterna, para no dejar rastros, huellas ni trozos de ayer.
Parece que desde ese instante se marcó un antes y un después, cuando no dejé que me tocara ni siquiera la cintura que tanto le gustaba hace un mes, hace menos de un mes y seguramente todavía también.
Ahora no hay parece porque se acabó, ya no es parece, es decisivo.




Tengo que comprender, no es eterna la vida, el llanto en la risa allí termina.
Creía que el amor no tenía medidas, o dejas de querer; tal vez otra mujer.
Y olvidé aquello que una vez pensaba, que nunca acabaría, nunca acabaría...
Pero sin embargó terminó.
Todo me demuestra que al final de cuentas, termino cada día, empiezo cada día,
creyendo en mañana fracaso hoy.


miércoles, 10 de febrero de 2010

Es típica.

"- Hola, ¿cómo estás?
- ¡Hola! ¿Muy bien y tú?
- Bien también, la vida me sonríe.
- ¿Te sonríe? ¿por qué?
- Porque sí...
(...)
- Bueno, eso era... Que estés bien.
- Tú también, cuídate.
- Chau.
- Chau."


¿Y el te extraño? ¿Y el quiero verte?