miércoles, 1 de enero de 2014

Punto final.

Está llegando el punto que no es aparte, llegan los fuegos artificiales de los últimos que habrán.
Va quedando sólo lo aprendido, lo que no se lleva el otoño ni la lluvia de invierno.
Ahora más que nunca, empezará la (no)certeza de lo que pasará después.
Las ganas de llorar, las ganas de gritar y de reír, todo junto, a la vez.
Se van los recuerdos, los que serán recuerdos de otros recuerdos.
Y pareciera que con el cambio, también se está yendo todo lo demás.
Y aunque se vaya todo, lo único que no se va es lo mucho que me cuesta cuando todo se va.

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