martes, 21 de abril de 2015

(Re) encantarse, (re) inventarse.

Era el momento de todos los adioses, de dejar atrás lo seguro; perder comodidad. Se había roto mucho de lo construido, y no es mentira que aparecía el dolor, la angustia...

Un día fue más lejos... Y junto a risas, gritos y juguetes, cuando esa niña le pidió que no se fuera y, al despedirse se colgó entre sus piernas... Sintió que ya no estaba perdida, que los adioses, la seguridad y comodidad, en realidad eran un paréntesis.

Todo lo demás sigue siendo incierto, pero... Nadie ha dicho que eso no signifique crecer. Es el momento de re-encantarse, re-inventarse... Y de volver a escribir.

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