No digas que todo era una farsa.
Siento tanto haber perdido el mapa
que lleva al tesoro dulce y luminoso,
he olvidado donde lo escondimos.
No digas que todo era mentira:
los encuentros y las despedidas,
tampoco los días en que me decías
que todo iba a ir bien.
Aún queda tanto por vivir,
tantas cosas por hacer
aunque pesen los fracasos.
Cuántos veranos perdí
buscando aquella canción.
Siempre estuvo en tu regazo.
Nuestro error nunca fue amar
como si el jodido mundo
acabara en nuestro abrazo.
Que nadie te haga pensar
que no fuimos los mejores
cuando el sol ardía en tus labios.
Vuelvo y te encuentro en las cumbres y en el lodo,
la verdad es que te encuentro en casi todo,
siempre o casi siempre te encuentro.
Quizá por eso vuelvo.
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