La vida ha consistido en aprender a vivir conmigo misma. Con las interminables escenas que me cuento, las exigencias con las que vengo, los reproches que me enferman.
He sobrevivido a mí misma, a la pregunta constante de cómo sería ser otra distinta, una que pensara menos, que sintiera menos, una que no fuera psicóloga y que en vez de sufrimiento habitara en números y en cosas.
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